Debes decir siempre lo que piensas de los demás, incluso aunque les moleste.
¿Verdadero o falso? FALSO
¿Cuál es el origen de la confusión sobre qué expresar sobre los demás?
Nos hicieron creer que la sinceridad era un valor y, por lo tanto, era importante ser sincero y decir siempre lo que pensábamos, “caiga quien caiga”.
¿A qué da lugar?
Si los demás se sienten agredidos con nuestras palabras, se estropearán nuestras relaciones y aumentará nuestro sufrimiento. Confundimos nuestra opinión con la verdad, cuando son conceptos totalmente distintos.
Consejo sabio sobre la cuestión.
La sinceridad no es un valor. Para que algo sea valioso debe serlo tanto para quien lo da como para quien lo recibe.
Si tú expresas algo que para ti es válido pero no lo es para la persona que lo escucha, entonces no es un valor. Por lo tanto, si echas “veneno” por la boca no será muy beneficioso para el que lo recibe…
Antes de hablar, lo sabio es preguntarte tres cosas:
1. Lo que vas a decir, ¿es verdadero?, ¿lo sabes a ciencia
cierta?
2. Cuando lo expresas, ¿realmente ayudará a quien lo
escuche?
3. Y finalmente, ¿es necesario decirlo o el silencio mejora
la situación?